lunes, 30 de marzo de 2009

Divagaciones - Chapter 2

En el devenir de los hechos más cotidianos, el consumismo en uno mismo aflora a la par que en los demás miembros de las sociedad. El consumismo entendido como el impulso por emplear parte de nuestro tiempo para tratar de evadirnos de la realidad más crítica. Nos empeñamos una y otra vez, según nuestra propia circunstancia, en hacer cosas más o menos prácticas para la consecución de un placer individual que saque de nuestras cabezas los más primitivos pensamientos de desolación que invaden nuestras mentes al ver todo lo malo que persiste en nuestra sociedad actual.

Que sería de nosotros si nos quitaran todas aquellas actividades que nos reportan un beneficio o una importante distracción. Caeríamos en una espiral de desánimo al pensar que somos unos burdos egoístas ya que no somos capaces de ver más allá de nuestras propias narices. Cierto es que nos consuela el hecho de que generalmente no desarrollamos nuestras existencias de manera solitaria, pues para muchos la sensación de soledad es como la peor de las gripes que nos mantiene en cama varios días.

Si pudieramos disfrutar con el simple hecho de ayudar a nuestros prójimos, de salvaguardar el bien común por encima del nuestro propio, quizás no estaríamos caminando derechitos a un final del que pocos son conscientes. Pero como la vida son dos días y encima laborables, al final de nuestras jornadas sólo tenemos tiempo para aprovechar lo que hay, y según lo que te haya "tocado" vivir, tratar de no sufrir al ver las noticias con el consuelo de que no somos nosotros ni los culpables ni las víctimas de unos acontecimientos que con una mentalidad más avanzada simplemente se tratarían de escabrosas excepciones.

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